«Las fosas comunes de Siero merecen un mínimo de dignificación»

17/09/2019 por

La placa conmemorativa en la fosa común de Lieres. / PABLO NOSTI
La placa conmemorativa en la fosa común de Lieres. / PABLO NOSTI

La plataforma que lucha por la identificación de estos espacios de enterramiento señaliza el situado en Lieres

JUAN VEGALIERES. Domingo, 15 septiembre 2019, 07:48

La Plataforma Pro Dignificación de las Fosas Comunes en Siero acudió ayer a La Cabaña de Ferma, en la parroquia sierense de Lieres, para señalizar una fosa con represaliados por la dictadura franquista tras la guerra civil y rendirles un homenaje.

El integrante del colectivo, Manuel Amago, lamentó en el acto la «desgana» tanto de la administración autonómica como de la local en identificar «estos lugares que merecen un mínimo de reconocimiento y de dignificación» PUBLICIDAD

También recordó que el Consistorio sierense aprobó una moción en 2016 para señalizar las trece fosas comunes que están registradas a día de hoy en el concejo. «Llevan más de dos años y no se ha hecho nada, por eso decidimos recaudar fondos y hacerlo nosotros dentro de nuestras posibilidades», reprochó.

Este colectivo está formado por una decena de personas y abierto a cualquier vecino que quiera colaborar en ese fin. Ha abierto una cuenta donde los interesados podrán realizar sus aportaciones económicas individuales.

https://www.elcomercio.es/asturias/siero-centro/fosas-comunes-siero-20190915013722-ntvo.html?fbclid=IwAR22Kxngt_soobUr7ihG3BaoqOFJ8MG7jAdmK0sU3mp3QjKN8HYBNl11Dg4

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El Gobierno asturiano rechaza conceder la Medalla de Oro a los guerrilleros y antifascistas asturianos

23/08/2019 por

Famyr compara a Barbón con Javier Fernández al no conceder la Medalla de Asturias a los guerrilleros antifranquistas

Vicente García Riestra en el centro en un homenaje en Oviedo.EUROPA PRESS. – ARCHIVO

OVIEDO, 23 Ago. (EUROPA PRESS) –

La Federación Asturiana Memoria y república (Famyr) ha señalado que la no concesión de la Medalla de Oro de Asturias a los guerrilleros antifascistas asturianos Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García muestra que Adrián Barbón «no ha roto con la línea seguida por su antecesor», el también socialista Javier Fernández.

La petición de la concesión de la Medalla ha sido avalada por más de 45 asociaciones de toda España y más de 1.200 personas a título individual y llega después de que en mayo de este año falleciera Vicente García Riestra, natural de Siero y último español vivo que estuvo preso en un campo de concentración nazi.

Se trata de la tercera vez que el Gobierno asturiano no secunda una petición para conceder la Medalla de Oro de Asturias u otorgar el título de Hijos Predilectos de Asturias a los guerrilleros antifascistas asturianos, reconocidos en Francia como héroes por su contribución a la derrota del nazismo.

A pesar de los reconocimiento en el país vecino, según han señalado este viernes desde Famyr a través de nota de prensa, los cuatro «continúan siendo oficialmente bandoleros y sin recibir el reconocimiento de la tierra que los vio nacer».

Por todo ello, han señalado que el nuevo presidente asturiano, Adrián Barbón «no ha tardado en dejar claro que las expectativas de romper con la línea seguida por su antecesor, Javier Fernández, eran solo una falacia».

Así, han recordado que el Ejecutivo de Javier Fernández rechazo en dos ocasiones esta concesión y que su único avance en ese sentido fue la aprobación de la Ley de Memoria Histórica asturiana «a remolque y obligado» como «concesión» al apoyo prestado por IU y la irrupción de Podemos.

Para la entidad, la firma del primer decreto del nuevo Ejecutivo autonómico realizada por Barbón en el despacho del presidente del Consejo Soberano de Asturias y León (1937), el socialista Belarmino Tomás, muestra que el nuevo presidente «sólo tienen sensibilidad memorialista cuando se refiere a miembros de su propio partido».

Desde Famyr han recordado que solicitaron una entrevista personal con Barbón pero todavía no han recibido respuesta, por lo que preguntan irónicamente qué va a decir el presidente en su habitual discurso en el Homenaje a las víctimas de Funeres el próximo mes de septiembre y cuándo la administración asturiana «va a cumplir con sus obligaciones con aquellos que dieron lo mejor de sus vidas por la libertad».

https://m.europapress.es/asturias/noticia-famyr-compara-barbon-javier-fernandez-no-conceder-medalla-asturias-guerrilleros-antifranquistas-20190823110255.html

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El centenar de asturianos de Mauthausen

11/08/2019 por

El BOE publica el listado completo de los españoles muertos en los campos de exterminio nazis

Pancarta de prisioneros españoles a las puertas del campo de concentración de Mauthausen
Pancarta de prisioneros españoles a las puertas del campo de concentración de Mauthausen
L.O.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado hoy una relación de los 4.427 españoles muertos en los campos de concentración nazis austríacos de Mauthausen y de Gusen, un centenar de ellos procedentes de Asturias. El listado de asturianos incluye un conjunto de nombres, de muy distintas localidades, repartidas por la práctica totalidad de la geografía del Principado, y que fueron deportados a campos que ya son sinónimos del horror como Mauthausen, Gusen, Dachau, Buchenwald, Bergen-Belsen o Hartheim.

La historia de estos asturianos es la de muchos excombatientes republicanos y sus familias en la Guerra Civil que tuvieron que exiliarse a Francia tras el fin de conflicto. Allí, fueron de nuevo víctimas cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y los nazis invadieron Francia, siendo apresados, aunque varios de ellos comenzaron a implicarse en la Resistencia gala. Las autoridades franquistas se negaron a reconocerles la nacionalidad y fueron deportados a los campos de exterminio como apátritas o «combatientes rojos»  

L.O.

Según recogió la agencia EFE, Con la publicación del listado se lleva a cabo lo acordado por la magistrada-juez encargada del Registro Civil Central, que cumple una de las iniciativas de la Ley de Memoria Histórica para la reparación de las víctimas del nazismo, según destaca el Ministerio de Justicia.

Los familiares e interesados tendrán la posibilidad de presentar alegaciones y solicitar correcciones en el plazo de un mes. Así serán incluidos en el registro de fallecidos, estatus que todavía no tenían.

La nómina de españoles que perdieron la vida en los campos de Mauthausen y Gusen anotada en la Dirección General de los Registros y del Notariado ha sido comparada con otras bases de datos.

Las personas interesadas en presentar alegaciones podrán hacerlo a partir de este viernes en el plazo de un mes y en internet a través de dos enlaces a páginas web que aparecen en el edicto publicado en el BOE. Destaca Justicia que la iniciativa persigue agradecer y reparar a los más de diez mil españoles deportados a campos de concentración por el gobierno franquista, de los cuales más de la mitad perdió en ellos la vida. Recuerda, además, que el Consejo de Ministros acordó en abril establecer el 5 de mayo como día de homenaje a estas víctimas.

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2019/08/09/centenar-asturianos-mauthausen/00031565339150185500876.htmFacebooktwitterlinkedinrssyoutube

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Felipe VI y su banda

11/08/2019 por

Floren Dimas (Oficial del Ejército del Aire)

Con la mayor solemnidad del mundo y consciente de mi responsabilidad jurídica, anuncio ante todos mis compatriotas que Su Majestad el Rey de España Felipe VI, es un individuo carente de moral, de humanidad y de decencia.

Un sinvergüenza, que con este nombramiento a la nieta del dictador Francisco Franco, una vez más somete a una insoportable humillación a las víctimas del franquismo, a su memoria, la de sus familiares y demás personas sensibles a esta desvergonzada medida.

Aquí la única Grandeza de España, la tienen los que fueron sacrificados contra su voluntad por los rebeldes y por el franquismo, por haber servido con lealtad a la legalidad y legitimidad de la II República.

Que una tipeja como esta ostente el máximo reconocimiento honorífico de la monarquía española, no deja de ser coherente con lo que esta representa.

¿Qué pasaría sí el presidente del Gobierno de Euskadi, hubiese concedido la Cruz del Árbol de Gernika, máxima distinción vasca, a los etarras José Javier Zabaleta y a Xabier Ugarte?

¿Con qué derecho se podría criticar esta medida, ante el infame nombramiento por el Rey, de la nieta del dictador como Grande de España?

Floren Dimas. Oficial del Ejército del Aire (RTD). Miembro de Anemoi (Colectivo de militares demócratas españoles) y de ACMYR.

https://iniciativadebate.net/2019/08/09/felipe-y-su-banda/?fbclid=IwAR1q6Cv_IAtO5MW4MEsy-4R9eGZv5w2BA48BbHrqu9kvuMXHZw2zuMdySg4Facebooktwitterlinkedinrssyoutube

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Impunidad «marca España»: La caja negra del asesinato de españoles en el campo de Mauthausen

11/08/2019 por

El Gobierno español ha autorizado la publicación del nombre de las víctimas españolas de uno de los peores campos de concentración del régimen nazi.

La decisión se toma una década después de que el Ejecutivo socialista de Zapatero dificultara la investigación penal contra criminales de guerra nazis.

@pelorduy

El Boletín Oficial del Estado publicó ayer, 74 años después de los Juicios de Núremberg, el nombre y los datos conocidos de 4.427 personas víctimas de la maquinaria de exterminio del régimen nazi en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen. Ese acto se convirtió inmediatamente en el primer reconocimiento jurídico por parte del Estado de los españoles que fueron asesinados en este campo. Faltan las víctimas de otros campos de concentración —las cifras estimadas superan las 12.000 personas presas de nacionalidad española en campos de concentración y que 7.300 murieron en ellos— pero el reconocimiento es un primer paso 40 años después de la aprobación de la Constitución española.

Gutmaro Gómez, director del grupo de historiadores que ha facilitado el listado de las víctimas, explica a este periódico que había solicitado el acceso al  Registro Civil Central para su investigación pero que fue el Ministerio de Justicia, el que posteriormente le encargó el informe sobre los archivos, que permanecían ocultos desde 1951. Gómez ha realizado el informe en menos de un mes en base al registro de Exteriores, un trabajo enviado durante el franquismo por funcionarios franceses que lo elaboraron a su vez con los diez libros “Totenbuch” —literalmente, de los muertos— entregados por EE UU tras la liberación de Mauthausen-Gusen.

El registro franquista dio acuse diplomático de aquellos datos, pero nunca transmitió a las familias los 4.427 nombres de los fallecidos. Por los acuerdos de postguerra, todos los países aliados tuvieron que enviar a sus países de origen los datos de los muertos de los campos en los que entraron. Todavía no se conocen otros distintos a los de Mauthausen.

Las víctimas de Mauthausen-Gusen dejan de ser “apátridas”, como lo eran según la legislación franquista, o ciudadanos de otros países europeos, en el caso de los supervivientes, y el reconocimiento permitirá a sus descendientes iniciar procesos de sucesiones, herencia o reclamación de daños. Fue su declaración como “apátridas” por parte del Gobierno de Francisco Franco, explicitada en cartas al Gobierno alemán firmadas por Ramón Serrano Súñer, ministro de Asuntos Exteriores entre 1940 y 1942, y la recomendación a Alemania de que dispusiera de las vidas de esos españoles lo que convertiría al Estado en cómplice de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Adolf Hitler. Una fibra sensible que tanto PSOE como PP han evitado tocar y que dio lugar a uno de los casos más determinantes de la democracia española.

El registro central

Hasta que el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ha publicado ese listado, ninguna administración había asumido la apertura del Registro Civil Central, un instrumento creado por el franquismo en la época del bloqueo internacional para saltarse los consulados que reconocían la legalidad republicana después de la Guerra Civil.Hasta ayer, los Gobiernos de la democracia habían negado que existiera la notificación de esos fallecidos, pese a los listados elaborados por Francia y Estados Unidos en base a los “Totenbuch” de Mauthausen. Varios gobiernos europeos —principalmente Francia y Alemania— han presionado a España para regularizar ese reconocimiento. Como explica a El Salto Gregorio Dionis, presidente del Equipo Nizkor, un organismo de derechos humanos especializado en derecho internacional y humanitario, y derechos humanos, “Francia tuvo que sacar una pensión especial para los parientes de las víctimas que no tenían reconocimiento de muerte” mientras que España “lo rechazaba todo, nunca quiso reconocer la nacionalidad de los muertos”.

Dionis subraya que la importancia de los documentos “el jurídico es el único tratamiento posible para que sea un reconocimiento de las víctimas” pero considera que el reconocimiento logrado ayer es una buena noticia para las víctimas y tiene que servir para reflexionar sobre la gravedad de que se haya ocultado todo por parte de los gobiernos de la derecha —de Suárez, Calvo-Sotelo, Aznar y Rajoy— y la izquierda —de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero—. Como señala el presidente de Nizkor, al paso dado el viernes 9 de agosto se tiene que sumar el reconocimiento de los nacionales nacidos en México y otros países que reconocieron la vigencia de la II República española durante la dictadura militar de Francisco Franco, quienes, al haber sido inscritos en los consulados, nunca fueron reconocidos por España.

Liberación del campo de Mauthausen
«Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras». Liberación del campo de Mauthausen. Foto: Gobierno federal de los Estados Unidos

Dionis cuenta que la lista de víctimas es, por fuerza, incompleta: “La lista no se podrá hacer nunca”. Los nazis quemaron varios de esos “Totenbuch” y si sobrevivieron los que utilizaron estadounidenses y franceses fue por la sorpresa que supuso para los jerarcas nazis la entrada en el campo por parte de soldados del 41º Escuadrón de Reconocimiento de la 11ª División Acorazada de los Estados Unidos el 5 de mayo de 1945. Dos días antes, prisioneros del campo —con especial participación de los españoles— habían tomado Mauthausen y eliminado a algunos de sus torturadores. Lo primero que verían escrito los soldados estadounidenses en aquel campo del horror iba a ser una pancarta: “Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras”.

El abogado Antonio Segura explica a El Salto que el edicto publicado ayer “constata una legalidad que nunca tuvo que ser interrumpida”, pero destaca que la reparación a la que pueden optar descendientes, viudos y viudas de los asesinados en Mauthausen no es suficiente si los crímenes siguen impunes. No hay reparación si no hay justicia, resume este abogado.

Gregorio Dionis destaca que la publicación manifiesta que: “a) España reconoce que fue notificada oficialmente b) reconoce que ocultó la información durante todos estos años c) reconoce que violó las normas más elementales del rituario penal al no proceder a extender e inscribir las partidas de defunción. En consecuencia, dice el presidente de Nizkor “deben investirgarse las responsabilidades administrativas y penales de los que ocultaron y no actuaron según la ley impone”.

La denuncia que Exteriores enterró

El 19 de junio de 2008, el equipo Nizkor presentó una denuncia contra cuatro ex SS Totenkopf —guardas integrantes de las Unidades de las SS conocidas como “calaveras”— que en aquel momento estaban vivos y sobre los que no cabía duda de su participación en los crímenes de lesa humanidad del III Reich. Johann Leprich, Anton Tittjung, Josias Kumpf e Iwan Demjanjuk fueron los primeros acusados. Se trataba de cuatro Totenkopf que habían pasado con documentación o historias falsas a Estados Unidos, país que los había “desnaturalizado” sobre la base “de su participación en la persecución de personas por motivos de raza, religión, origen nacional u opiniones políticas bajo la dirección, o en asociación con, el Gobierno nazi de Alemania”, como se expuso en la querella.La querella presentada se basaba en la doctrina del Tribunal Militar Internacional Núremberg, que España tuvo que acatar después de que las potencias imperiales permitiesen en 1955 la entrada en la ONU de la dictadura franquista. Por consiguiente, fue admitida a trámite en julio de 2008.

El 30 de marzo de 2009 se produjo un hecho sin precedentes en la historia democrática española. Por primera vez, dos supervivientes de los campos nazis testificaron en sede judicial como víctimas del nacional-socialismo alemán. Jesús Tello y Ramiro Santisteban, en calidad de internos en Mauthausen-Gusen: Tello como menor integrando una unidad familiar y víctima de crímenes de lesa humanidad; Santisteban, como prisionero de guerra y víctima de crímenes de guerra.

El 17 de Septiembre de 2009, la Audiencia Nacional acordó el procesamiento de los imputados Leprich, Tittjung y Kumpf “como cómplices de delitos de genocidio y lesa humanidad”. El juicio, instruido por Ismael Moreno como titular del Juzgado Central de Instrucción núm. 2 de la Audiencia Nacional, debía avanzar con las órdenes internacionales de detención a través de Interpol de Johann Leprich, Anton Tittjung e Iwan Demjanjuk —entonces residentes en Estados Unidos— y una orden europea de detención y entrega contra Josias Kumpf, en Austria desde su expulsión de EE UU.

Nunca pisaron suelo español. Josias Kumpf, asesino en el campo de Sachsenhausen, falleció el 15 de octubre de 2009 en un hospital de Viena, poco después de dictada la orden. El exguardia del campo de Sobibor Iwan Demjanjuk —de sobrenombre John— fue extraditado a Alemania (a pesar que la orden española era anterior, esta nunca se le entregó) y condenado a cinco años de prisión en 2011. No cumplió ninguna condena y en marzo de 2012 murió en una residencia de ancianos.

Los guardias de Mauthausen Johann Leprich y Anton Tittjung, que habían participado fehacientemente en el exterminio de decenas de miles de personas —miles de ellas españolas— permanecieron en Estados Unidos. Tittjung falleció en 2012. En estos dos casos, según relató el equipo Nizkor, la embajada española en Estados Unidos intervino para que no se ejecutara la orden de Interpol. Exteriores, a través de la embajada —que dirigió entre 2008 y 2012 Jorge Dezcallar, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia— habló con la defensa de los acusados y les pidió que les entregase un certificado médico que dijera que no estaban en condiciones de ser juzgados. Gregorio Dionis, presidente del Equipo Nizkor, explica a El Salto que esta información procede de fuentes oficiales del departamento de Justicia de Estados Unidos.

En 2011, Nizkor solicitó la ampliación de la querella a Theodor Szehinskyj, guardia armado de las SS Totenkopf en los campos de concentración de Gross-Rosen, Sachsenhausen y Varsovia. De nuevo se produjo, según el equipo legal, el bloqueo por parte de la fiscalía de la Audiencia Nacional, el Ministerio de Exteriores y la embajada española. Como explicó Nizkor, Estados Unidos no se oponía al traslado de Szehinskyj para su juicio en España, pero requería un “título de viaje”, instrumento jurídico para facilitar el viaje a personas indocumentadas, apátridas o con problemas de nacionalización. España nunca emitió ese título.

La Fiscalía, “nunca llevó la iniciativa procesal”, refiere Antonio Segura, que colaboró con el Equipo Nizkor en el proceso. Las administraciones del Estado dilataron el proceso hasta la muerte de los acusados “y nos quedamos sin caso”, resume este abogado penalista. En ese espacio de tiempo, dos reformas de la Ley Orgánica del Poder Judicial sobre Justicia Universal —en 2009 y 2014— limitaron la capacidad soberana para casos de esta índole.

En 2015, la Audiencia Nacional archivó la causa sobre la muerte de más de 7.000 españoles en los campos de Mauthausen, Sachsenhausen y Flossenbürg entre 1942 y 1945. La reforma de la Justicia Universal promulgada en 2014 fue el último clavo en el ataúd de un caso abierto por cuatro de los 2.421 supervivientes españoles de Mauthausen, David Moyano Tejerina, Silvia Dinhof-Cueto, Concepción Ramírez Naranjo y Donato Jesús de Cos Borbolla.

“El Gobierno impidió detener a aquellos asesinos”, relata Gregorio Dionis a El Salto. “Teníamos el acuerdo de la Fiscalía norteamericana, no había ningún impedimento jurídico, pero el Gobierno español lo demoró con chicanería jurídica, eran conscientes de que por su edad no tardarían en morir”. Dionis destaca que jurídicamente se puede hablar de “presiones indebidas” por parte del Gobierno con la finalidad de retrasar un caso que pudo haber terminado con el “modelo español de impunidad” establecido por el franquismo.

Antonio Segura confirma que se trata de un “proceso paradigmático” y uno de los más interesantes en los que ha trabajado. Significaba que el franquismo fuera juzgado como uno más de los procesos de Núremberg, en una Audiencia Nacional que debía funcionar como un tribunal penal internacional en el juicio de crímenes de lesa humanidad. “La retirada de la nacionalidad por parte de Franco y Serrano Súñer —cosa totalmente ilegal, aunque provenga de un gobierno ilegítimo e ilegal”, es, a juicio de Segura, la base jurídica para juzgar al franquismo “como cómplice del nazismo en las muertes de los campos”.

“Tiene que haber alguien con muy mala conciencia en el Gobierno”, ironiza Antonio Segura sobre el reconocimiento de la nacionalidad española de 4.427 personas asesinadas en Mauthausen. “Todo lo que sea aliviar a las víctimas es positivo”, añade antes de matizar que las personas a las que defendía Nizkor solo se consideraban víctimas en un aspecto. En primer lugar, “se consideraban vencedores porque liberaron el campo en el que estaban encerrados gracias a su organización política”, pero, como señala este abogado, se consideraban traicionados por los gobiernos europeos, que no lucharon para liberar a España del fascismo cuando cayó el III Reich.

Hornos crematorios del campo de Mauthausen
Hornos crematorios del campo de Mauthausen.

Los españoles en Mauthausen-Gusen

Benjamin B. Ferencz fue uno de los soldados que entró aquel mes de mayo en aquel complejo. Mauthausen estaba compuesto por más de 23 subcampos, y los campos principales de Gusen y Ebensee, bajo la sombra y la influencia de la nave nodriza, el campo KZ Mauthausen, comenzado a construir el 7 de agosto de 1939: “Una gigantesca fortaleza de piedra en la cima de una montaña flanqueada por pequeños barracones”, según se describió en los Juicios de Núremberg.Mauthausen-Gusen —y su sistema de subcampos— era el único campo de categoría 3, “era un campo del que no podría salir nadie”, como señalaba lacónicamente el fotógrafo español Francesc Boix, testigo en el Tribunal de Núremberg. Fue el campo en el que el régimen nazi llevó a cabo un plan para el exterminio de cuadros políticos de todos los países europeos. La categoría significaba también “que la dirección del campo en lo referente a su organización interna estaba en manos de bandidos del derecho común alemán, asesinos profesionales cuya misión principal era exterminar a los prisioneros de otras naciones con la mayor rapidez posible”, según el testimonio del prisionero político belga Lucien Vanherle.

Aquel intérprete fue quien aportó una clave a Gregorio Dionis que detalla por qué no se recogieron testimonios de los presos españoles: simplemente, no hubo ningún oficial que pudiera traducir en los interrogatorios de los supervivientes. Ferencz, nacido en Rumanía, sí pudo recoger el testimonio de Lucien Vanherle, que incluye alguno de los pasajes más terribles y poéticos que han servido para conocer el funcionamiento del campo, así como reflexiones destinadas a su condena por la historia:

“El mayor número de muertes lo producía la opresión total de un régimen infernal, dirigido y administrado por los peores granujas de las SS que podían encontrarse entre los delincuentes alemanes, y que ocupaban cargos como los de jefe del campo, secretario del campo, jefe de bloque, jefe de barracón o capo (jefe de equipamiento de un comando o destacamento de trabajo). Los prisioneros, obligados a realizar el trabajo más duro que nadie haya sido obligado a realizar, empezaban a caer rápidamente, incluso los más fuertes de entre ellos. Se convirtió en una costumbre ver cómo morían en tres meses al menos el 70% de los prisioneros recién llegados al campo.

(…) Muchos de los prisioneros morían simplemente de hambre. Eran, decían nuestros asesinos a la vista de pilas y pilas de cadáveres, «Zu Faul zum fressen» («demasiado vagos para comer»). La comida era realmente abominable: sopa a mediodía, una rebanada de pan seco por la tarde. El trato que recibían estos esclavos al borde de la muerte, que trabajaban como portadores de piedras, junto con los rigores del clima (al menos entre 25 a 35 grados bajo cero en invierno, bajo un sol abrasador en verano), ayudaba considerablemente a diezmar a los prisioneros por miles, les empujaba a las garras de la muerte, agonizando como perros en los barracones infectados, tratados como bestias, comidos por los insectos, con escasas medicinas y cuidados médicos insuficientes, presa de enfermedades que casi siempre terminaban siendo mortales, como la pleuresía, la artritis, la desnutrición, la tuberculosis, los problemas de corazón, la furunculosis, las fiebres tifoideas, etc.

(…) Por lo que se refiere a las muertes violentas, los SS habían logrado perfeccionar con rapidez unos métodos que eran tan refinados como terribles. Los prisioneros morían por los latigazos recibidos, los ejercicios forzados, las inyecciones de veneno, el gas, el suicidio inducido, los disparos o la horca. Otro de los procedimientos consistía en meter a los desgraciados bajo unas duchas que arrojaban alternativamente agua helada y agua hirviendo. Muchos prisioneros morían de frío, tras haber estado expuestos al aire libre con escasa ropa o completamente desnudos. Un método particularmente eficaz empleado por algunos sádicos consistía en ahogar (a la víctima) en un recipiente con agua o en excrementos humanos, o entre los restos de otras víctimas. No hablaremos de los procedimientos realmente diabólicos de tortura inventados por la Gestapo para hacer hablar a los sospechosos. Nadie nos creería.

(…) Quienquiera que entrase en estos lugares podía decir con Dante: Voi che entrate qui, lasciate ogni speranza (“Vosotros que entráis aquí, abandonad toda esperanza”).

(…) En nombre de todos los prisioneros políticos que murieron por su país en estos baños de Satán, pedimos justicia para ellos, para sus herederos y sus familias. Exigimos un trato justo de extrema severidad frente a todos aquellos que directa o indirectamente han tenido responsabilidad en esta horrible carnicería.

74 años después de la liberación por parte de sus prisioneros del campo de Mauthausen-Gusen, España sigue ocupando un espacio extraño en los actos que todos los años conmemoran. El suelo sobre el que se levanta el monumento ceremonial —que no pertenece a Austria, sino a los países de los que partieron las miles y miles de víctimas que fueron asesinadas en este campo— tampoco está salvaguardado a día de hoy por el Estado español. El memorial de los españoles asesinados en el campo está mantenido por Francia, que asumió la renacionalización de muchos de los condenados a muertes por el régimen nazi.

La publicación en el BOE de esos nombres es un primer paso para terminar con una anomalía histórica que ha contaminado la legitimidad del sistema de 1978. Para el historiador Gutmardo Gómez, la publicación de las bases de datos de los nombres de los fallecidos en Mauthausen aporta una base científica para que familiares de víctimas se puedan apoyar para la reclamación de indemnizaciones y para la reparación jurídica.

Abrir la caja negra de los crímenes cometidos en Mauthausen, cuatro décadas después del fin del régimen militar, tiene un sentido histórico fundamental, pero abre también una serie de preguntas incómodas sobre la herencia del franquismo en el sistema actual. Un sistema que se ha mostrado reacio a reconocer su deuda con las víctimas del nazismo y que todavía debe abrir un buen número de cerrojos para esclarecer la complicidad de la España franquista en el holocausto.

Mauthausen 2
Duchas para los prisioneros delcampo de concentración de Mauthausen. Foto: José Ignacio Naranjo
https://www.elsaltodiario.com/crimenes-franquismo/pablo-elorduy-caja-negra-campo-mauthausen-registro-victimas-espanolas

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Campaña Hijos predilectos A los Guerrilleros y Resistentes antifascistas asturianos: Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García

31/05/2019 por

Campaña Hijos predilectos A los Guerrilleros y Resistentes antifascistas asturianos:  Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García

         

Ni bandidos ni vencidos” Jesus de Cos. In memoriam

La Federación Asturiana memoria y República (FAMYR) y el Ateneo Obrero de Xixón comienzan esta Campaña para solicitar el Gobierno del Principado de Asturias el nombramientop de Hijos predilectos A los Guerrilleros y Resistentes antifascistas asturianos: Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García

Las adhesiones a la campaña (hasta el 15 de junio) podeis enviarlas a nuestro mail: famyr@memoriayrepublica.org  

En el año 2010 la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR) realizó una campaña para obtener el reconocimiento de dos guerrilleros antifascistas asturianos, Cristino García Granda y Jose Antonio Alonso “Comandante Robert”. En dicha campaña se solicitaba al Parlamento Asturiano la concesión de título de “Hijos predilectos de Asturias” que se otorga anualmente a personas nacidas en el Principado que se hayan destacado por sus méritos relevantes. Desafortunadamente, a pesar de haber sido respaldada por las firmas de más de 2.000 ciudadanos y por 72 organizaciones, la petición fue desestimada. En su lugar el gobierno asturiano decidió otorgársela al entonces jefe de la Casa real, Alberto Aza Arias. En años anteriores habían sido galardonados el ex-secretario de la Casa Real Sabino Fernández Campo (1991) o el Príncipe de Asturias (1986).

En 2013 desde la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR), la Asociación para la creación del archivo de la guerra civil, las brigadas internacionales, los niños de la guerra, la resistencia, la guerrilla y el exilio español (AGE) y Asociación de Descendientes del Exilio Español retomamos una nueva campaña extendiéndola a todos aquellos guerrilleros y resistentes antifascistas asturianos que aun quedan vivos. Vivos pero que, aun hoy, siguen enterrados en el olvido e ignorados por la memoria colectiva del pueblo asturiano, robándonos el ejemplo de su vida como luchadores por la libertad. Desafortunadamente también en esta ocasión el Gobierno asturiano presidido por Javier Fernández desestimó dicha petición.

El domingo día 15 de Junio de 2014 se celebró un homenaje en el pueblo de Vira, Ariege, al veterano comandante de los guerrilleros españoles José Antonio Alonso, mejor conocido como el comandante “Robert”. El presidente del senado francés Monsieur Jean Pierre Bell le hizo entrega de la Orden  del Mérito Nacional por su heroico papel en la liberación de la ciudad de Foix, capital del departamento del Ariege. El comandante Robert ha fallecido en 2015 sin que Asturias le reconozca en su tierra natal.

El reciente fallecimiento de Vicente Garcia Riestra (09/05/2019), el último asturiano superviviente campo de concentración de Buchenwald, y los centenares de reconocimientos por toda Europa a su labor en la lucha a favor de las libertades, pone de manifiesto la necesidad de que la sociedad asturiana salde la deuda que tiene con estos defensores de las libertades.

La lucha antifascista

Tras el golpe de estado fascista el 18 de julio de 1936 y a medida que avanzaban territorialmente las fuerzas militares del bando fascista, los defensores del régimen republicano legal y legítimamente constituido buscaron nuevas fórmulas de lucha para detener a los sublevados. La lucha de guerrillas, que se inició ya en el mismo momento en qué se produce el “Alzamiento Nacional” golpista y se prolongó hasta los años 60, tuvo una actuación irregular teniendo en cuenta que buena parte de los luchadores cruzaron la frontera en dirección a Francia para combatir internacionalmente el fascismo. Lo hicieron con la esperanza que esta derrota provocara el fin del fascismo español gracias al apoyo internacional de los regímenes democráticos.

A pesar de que muchos volvieron y continuaron la lucha, a mitad de los 50 fue ya evidente que la colaboración internacional no se iba dar, haciendo patente el aislamiento a que quedaban relegados. Desde el final oficial de la Guerra Civil, fue el Tercio Móvil del Ejército español, la Falange, y sobre todo la Guardia Civil, los encargados de perseguir y aniquilar a los grupos de resistencia democrática organizados en guerrillas. La decisión de adjudicar un papel preeminente a la Guardia Civil se debió tanto a su propia naturaleza, ámbito de actuación y experiencia de este instituto armado (responsable de perseguir a bandoleros y carlistas durante el siglo XIX), como a la intención de menospreciar e infravalorar ¬internamente y externamente- la resistencia al régimen fascista. Encargándose prioritariamente a la Guardia Civil y no al Ejército la represión, se pretendía por un lado que no se reconociera que se trataba de un problema grave o de la misma continuidad de la guerra.

Por otro lado, se quería visualizar ante la sociedad que se trataba de un problema de delincuencia y no de una lucha en defensa del régimen republicano. Para ello, se utilizaron también tácticas propagandísticas como el silenciamiento de las acciones con contenido político y la propagación de aquellas más violentas que pudieran generar un cierto rechazo por parte del conjunto de la sociedad. En este mismo sentido, una circular de la Dirección General de Seguridad de 11 de abril de 1947 prohibía expresamente utilizar el término guerrilla, maquis o guerrilleros, y obliga a establecer como terminología a nivel interno y externo, los conceptos bandoleros, forajidos o bandolerismo.

Pero la lucha armada por la democracia existía, y era mayor de lo que el propio gobierno golpista estaba dispuesto a admitir. Hasta el punto que el Ministerio de Interior dio orden de aniquilar a los guerrilleros y enlaces ¬mediante la ley de fugas-, a la vez que se amplió en gran medida la plantilla de la Guardia Civil (se pasó de 30.000 efectivos en 1936 a 54.000 en 1941). La importancia de la guerrilla está demostrada por el hecho que en el periodo 1943-1952 se concedieran por las acciones contra la ella, 908 cruces del mérito militar -que configuraron el popularmente llamado “medallero”-, 970 citaciones en las órdenes generales del cuerpo, que hubiera más de mil enfrentamientos armados y más de seiscientas bajas entre heridos y muertos en la Guardia Civil. No obstante, aunque suele establecerse el año 1952 como el año en qué se puso fin a la lucha guerrillera a favor de la democracia representada por el legítimo régimen republicano, quedaron algunos focos de resistencia guerrillera hasta los años 60, como es el caso de los representados por Quico Sabater, Ramón Vila Capdevila “Caracremada”, José Castro Veiga “Piloto”, etc.

La vergonzante realidad actual en el estado español, es que oficialmente a los guerrilleros se les sigue asociando a la condición de bandoleros y terroristas (calificación por tanto no amnistiable ni siquiera por la preconstitucional ley de Amnistía), ya que sus sentencias condenatorias franquistas siguen estando vigentes. Durante años, y ante todos los gobiernos democráticos, gobernara quien gobernara, AGE con el apoyo de otras asociaciones y algunos diputados de grupos parlamentarios de izquierdas, ha reclamado su reconocimiento jurídico. El parlamento español ha rechazado todas las Proposiciones de ley, enmiendas y preguntas parlamentarias, presentadas para que su equiparación a todos los niveles con los antiguos miembros de las Fuerzas Armadas oficiales republicanas fuera una realidad.

Es una situación vergonzante, incomprensible, inaudita y absurda en otras democracias que sufrieron pasados fascistas, en las que se reconoce y honra a la resistencia.

Por todo ello urge, pues, un reconocimiento de la lucha por la libertad de los defensores del legítimo régimen republicano, de igual manera como han procedido en otros países como Francia, Alemania o Rusia, por poner tres ejemplos. En este sentido, René Pérez, responsable de la Unión de Excombatientes Franceses en España, reivindicando la reparación de esta injusticia, afirma que “A los guerrilleros franceses que lucharon contra el nazismo se les considera héroes nacionales; tienen una pensión especial, los mutilados reciben asistencia a domicilio y han sido condecorados en repetidas ocasiones.”

¿Quienes son?

En estas 4 personas, cuyas biografías adjuntamos,  queremos expresar la necesidad de reconocimiento a todas las personas que tuvieron que luchar contra la barbarie fascista que representó el Franquismo por lo que solicitamos para ellos el titulo de “HIJO PREDILECTO DE ASTURIAS”, para:

  1. José Antonio Alonso Alcalde, Comandante Robert
  2. Felipe Matarranz, Comandante Lobo
  3. Cristino García Granda

Y la Medalla de oro de Asturias para:

1. Vicente García Riestra  

BIOGRAFIAS:

  1. José Antonio Alonso Alcalde, Comandante Robert

Nace el 14 de abril de 1919 en el barrio de Fradera, en El Entrego. En 1923, a los cuatro años de edad, deja junto con sus padres El Entrego con destino a Cataluña en busca de una mejor situación económica. En Tarragona le sorprende el alzamiento y el comienzo de la Guerra Civil Española y tras un tiempo de participación en las movilizaciones a través de las diferentes milicias que organiza el Gobierno de la República cruza la frontera a Francia en 1939, es ingresado en el campo de concentración francés de Septfonds donde participa, por obligación, en los batallones de trabajo surgidos a partir de la puesta en marcha del Servicio de Trabajo Obligatorio, en labores de fortificación de la Linea Maginot hasta la caída de Francia, momento en que huye hacia al sur del país.

Se integra en la Resistencia en la zona del Ariege. En 1942 se incorpora al XIV Cuerpo de Guerrilleros y a primeros de octubre del año siguiente, este entreguín, que militaba en el Partido Comunista y pertenecía a un grupo de saboteadores polacos y españoles en Saint-Étienne, es detenido tras sorprenderle con unas octavillas. Le suben a un autobús con otros detenidos, pero logra fugarse y evitar el campo de concentración nazi de Mauthausen.

A partir de ahí, José Antonio se integra en la Resistencia enviado por el partido. Así en el departamento de Ariège, en la región del Mediodía-Pirineos, vuelve a combatir y lo hace en una brigada compuesta por tan sólo siete guerrilleros españoles. Es entonces cuando con la ayuda de sus compañeros da un golpe en una pequeña caja postal de la ciudad de Lavelanet, de donde regresa con un gran botín para entonces, 335.000 francos, que entrega a la organización. Más tarde es nombrado jefe del Estado Mayor de la Tercera Brigada de Guerilleros Españoles, formada al final de la contienda por algo más de 300 guerrilleros, que lucharon denodadamente contra la ocupación alemana hasta la liberación del país.

Uno de los hechos de armas más sobresalientes que protagonizan es la toma de la ciudad de Foix el 23 de agosto de 1944, y el posterior apresamiento de una columna de 1.350 soldados, entre los que había mongoles y turquestanos que se habían pasado a los alemanes. La guarnición alemana opta por rendirse tras cuatro horas de duros combates. Además participa en los combates de Rimont-Prayols y Castelnau-Durban, con lo que se logra la completa liberación del departamento de Ariège.

La última participación en combate de este asturiano –residente en Bon-Encontre, cerca de Agen– tiene lugar en la frustrada invasión del valle de Arán (Cataluña) en 1944, respondiendo al deseo de sus exiliados dirigentes que, desconocedores de España, creían posible en este país un movimiento como el que había liberado Francia. Caballero y Oficial de Legión de Honor de Francia, Caballero de la Legión de la República Polaca, Medalla de Lealtad a la República Española, Roseta del Primer Orden Nacional francés o ciudadano de Honor de la ciudad francesa de Foix son algunas de las máximas distinciones recibidas por José Antonio.

En Asturias, FAMYR y Age  inauguraron un Parque en su nombre en Gijón el 14 de abril de 2013, dia de su cumpleaños, en cuya inauguración dió su última intervención en Asturias. Ningún representante de la administración acudió al acto.

El pasado 15 de junio de 2014 el presidente del senado francés Monsieur Jean Pierre Bell le hizo entrega de la Orden  del Mérito Nacional por su heroico papel en la liberación de la ciudad de Foix, capital del departamento del Ariege.  Fallecido el 19 de diciembre de 2015 en Francia.  

  1. Felipe Matarranz, Comandante Lobo Resultado de imagen de Felipe Matarranz

Hijo de Felipe y de Ángeles, nació el 2 de septiembre de 1915 en La Franca, Ribadedeva. Su padre fue minero en Somorrostro (Vizcaya), de donde tuvo que marcharse por las huelgas de 1917, trasladándose a Mieres (Asturias), donde trabajó en las minas de carbón. También se vió obligado a dejar tierras mierenses y refugiarse en una finca de Torrelavega, dedicándose a partir de entonces a la agricultura.

Felipe Matarranz González cursó estudios primarios y tres años en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega. A los 14 años, ingresó en un colectivo de izquierdas conocido como Pioneros y más tarde pasó a la Juventud Comunista y el Socorro Rojo Internacional. En estas fechas comenzó a difundir periódicos y folletos que propagaban su ideología. Participó en varias huelgas del ramo de la madera, perteneciendo a su comité de huelga. Profesionalmente, era su trabajo el de ebanista-tallista.

Durante el Bienio Negro (octubre de 1934 a febrero de 1936) fue ya perseguido, siendo detenido en varias ocasiones por sus actuaciones antifascistas. El 17 de julio de 1936, al tener conocimiento de la rebelión fascista en África contra la República, ocupó el edificio del Ayuntamiento de Torrelavega con un grupo de la Juventud Socialista Unificada. Al día siguiente se incorporó a las milicias populares, siendo elegido jefe de su grupo. Participó en batallas contra las fuerzas fascistas en El Escudo, Piedras Luengas, San Glorio, Potes, etc. Contribuyó al esfuerzo popular para detener el avance fascista en el cuartel de Simancas (Gijón) y en La Argañosa (barrio de Oviedo), donde resultó herido. También participó en la toma de los cuarteles de Loyola (San Sebastián) y en la batalla de Irún. El 23 de septiembre de 1936 marchó con un batallón de voluntarios al frente del puerto de Los Tornos (Cantabria). Iba equipado con fusiles mejicanos nuevos, los primeros que llegaron al frente republicano del Norte. El 10 de octubre, entró en combate y fue herido gravemente de un balazo que le entró por la ingle con salida por los riñones. Salió en el orden del día, propuesto para sargento, por haber tomado, en compañía de tres milicianos, una posición llamada Las Cabañas de Noceco. El 28 de noviembre de 1936, solicitó el alta voluntaria y regresó al frente. Participó en los combates del 2 y 6 de diciembre de 1936 por la conquista de la posición de La Cabra, sufriendo su batallón gran cantidad de bajas.

Posteriormente fue destinado al frente de Burgos, donde tomó parte en varias infiltraciones tras el frente enemigo, en las que se volaron vías y puentes. El 1 de mayo de 1937 participó en los combates de Cilleruelo de Bricia, conquistando la posición de Somarriba de Quintanilla de Rucandio. Igualmente, intervino en los combates para la conquista de Espinosa de Bricia (4, 5 y 6 de mayo de 1937) y salió en el orden del día propuesto para teniente por los méritos de guerra. El 4 de agosto de 1937 comenzó la ofensiva facciosa contra Santander. Encontrándose en el principal punto de ataque, en el puerto de Carrales (carretera Santander-Burgos), tuvo que soportar el cañoneo y el bombardeo durante 15 días. Al no poder resistir tal masa de fuego, las fuerzas populares se retiraron del Castro de Bricia después de haber luchado ininterrumpidamente durante tres días y tres noches. De 130 hombres sólo quedaron 12, que lograron retirarse atravesando el campo enemigo al amparo de la noche.

Siguió combatiendo en Bárcena de Pie de Concha, Alceda, Ontaneda, Fuente Viesgo y Las Presillas, donde, acorralado por los tanques italianos, cayó prisionero. Logró luego escapar tirándose por un precipicio y sufriendo un tiroteo. No pudo pasar a Asturias y se retiró a tierras cántabras, donde cayó nuevamente prisionero. El 6 de septiembre de 1937 escapó de nuevo y después de andar un centenar de kilómetros logró llegar a Asturias. Matarranz participó en combates de El Mazuco, formando parte de la Brigada Montañesa. Al llegar a perderse la posición, le hicieron otra vez prisionero y de nuevo consiguió escapar y llegar a Santander.

En diciembre de 1937, fue detenido en Torrelavega por los fascistas, padeciendo las más brutales torturas. El 30 de diciembre de 1937 fue sometido a Consejo de Guerra y condenado muerte por «auxilio a la rebelión». Cuando llevaba un año condenado a muerte, se le llevó de nuevo al cuartel de la Guardia Civil para infligirle nuevas y dolorosas torturas. El 18 de octubre de 1939 fue nuevamente condenado a muerte. Poco después sería indultado, quedándose la pena reducida a 30 años de cadena perpetua, de la que se libró en julio de 1942 por medio de un nuevo indulto, gracias a los esfuerzos de sus padres para que se enviaran informes favorables de su hijo.

A cambio de su libertad, Matarranz fue recluido en La Franca. Pero incluso desde allí continuó en contacto con el Partido Comunista de España (PCE) y con las guerrillas, concentrándose entonces su lucha en distribuir panfletos propagandísticos y servir de enlace entre los comités provinciales de Santander y Asturias con los guerrilleros.

En 1943 cayó en una redada, y no teniendo contacto con el PCE, formó el Comité Provincial de Santander. Luego tomó contacto con la guerrilla astur-montañesa, de la que fue su responsable político. Durante cuatro años sorteó el peligro clandestino en el monte y en el llano. El 25 de noviembre de 1946 fue sorprendido en una reunión con otros guerrilleros, saliendo a tiro limpio y dejando atrás a un compañero muerto y otro herido. Le capturaron al día siguiente, después de habérsele agotado toda la munición que tenía. De nuevo fue torturado y estuvo incomunicado cuatro meses, siendo sometido a 22 diligencias. Juzgado por Consejo de Guerra Sumarísimo, fue condenado a seis años de prisión, siendo confinado en el famoso penal de Burgos como hombre peligroso para la patria.

En julio de 1952 salió en libertad condicional, tomó contacto con el PCE y continuó trabajando en la clandestinidad hasta la legalización del partido en 1977. Felipe Matarranz, El Lobo —nombre que se le acuñó en un pasaporte falangista falso: José Lobo—, trabajó como encargado en la empresa Dragados y Construcciones, a la que se incorporó en 1960, ascendiendo a encargado general.

Tras jubilarse, regresó a su pueblo natal de La Franca, ingresando posteriormente, ya a avanzada edad, en una residencia de Colombres. En 1987, Matarranz publicó en Cuba con éxito su biografía, bajo el título Manuscrito de un superviviente. También es autor del libro Hay muchos Cristos, editado en Francia en 2004, donde narra sus vivencias en el bando antifranquista durante la guerra civil y la posterior dictadura, con el propósito de que se oyese la voz de los perdedores tanto tiempo ahogada, de recordar el rostro horroroso del franquismo, de denunciar falsedades históricas y de que las nuevas generaciones no se olvidasen de la lucha que sus antepasados libraron. Fallecido el 23 de mayo de 2015 en Colombres.  

  1. Cristino García Granda

Nacido en Ferrero, una pedanía asturiana del concejo de Gozón, residiendo más tarde en el de Castrillón. En 1936 trabajaba como fogonero en el buque Luis Adaro, encontrándose en Sevilla en el momento de la sublevación militar que inicia la Guerra Civil. La tripulación del barco se amotinó, se hizo con el mando y dirigió su rumbo hacia Gijón en zona republicana.

Durante la guerra civil participó activamente en diferentes combates alcanzado por sus méritos el grado de teniente en el XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero. En 1939, tras finalizar la contienda, se exilió a Francia donde fue internado en un campo de concentración.

Durante la segunda guerra mundial participaría en la Resistencia francesa al frente de la 158.ª División de la Agrupación de Guerrilleros Españoles, con el grado de teniente coronel. Dentro de sus diferentes actos en época de guerra se pueden destacar la liberación de presos políticos en Nimes, la toma de Foix, la Bataille de la Madeleine, así como diferentes emboscadas a las tropas alemanas, sabotajes y destrucción de campos minados.

Durante su última incursión, él y 28 compañeros más 27 republicanos españoles y 2 franceses, se hicieron con cañones y blindados y un total de 1.400 prisioneros alemanes que se dirigían a París para enfrentarse a las tropas del general Leclerc y su 2.ª Divisón blindada. Sus proezas son de tal grado que Francia le concede el grado de Héroe Nacional de Francia. En 1944 se integra dentro de los guerrillero españoles cruzando el Pirineo. Santiago Carrillo se reune con ellos para reorganizar el PCE y mandar el asesinato de un compañero de partido. Cristino se niega en redondo.

En la primavera de 1945, a partir de la detención y fusilamiento en Madrid de José Vitini y sus compañeros de los cazadores de la ciudad, se dirige a la capital a crear y organizar el Centro General de Resistencia y la Agrupación Guerrillera de la Zona Centro. Tras varios enfrentamientos y golpes contra intereses franquistas, el 18 de octubre de 1945 fue apresado por la policía de Franco.

El 22 de enero de 1946 durante el juicio se define como patriota antifascista con las siguientes palabras: «Sé bien lo que me espera, pero declaro con orgullo que cien vidas que tuviera las pondría al servicio de la causa de mi pueblo y de mi patria […] El fiscal nos llama bandoleros. No lo somos. Bandoleros son quienes nos acusan, quienes martirizan y matan de hambre al pueblo. Nosotros somos la vanguardia de la lucha el pueblo por la libertad. este juicio es una farsa en la que se nos acusa de delitos que no hemos cometido. Pero tenéis prisa por deshaceros de nosotros. No queréis que el mundo vea nuestros cuerpos martirizados. Queréis ensuciar con este juicio el glorioso movimiento guerrillero»

El 9 de febrero de 1946 se le condenó a muerte, junto a nueve de sus compañeros, tras un consejo de guerra sumarísimo. Este hecho generó un gran revuelo político en diferentes países, sobre todo en Francia, cuyo Ministro de Interior interpeló ante la ONU por su liberación. Mientras, Charles de Gaulle (por entonces presidente de la República Francesa) por su simpatía hacia Franco, no hizo nada para parar el asesinato por el temor a los «rojos».

En la madrugada del 21 de febrero de 1946 se cumple la sentencia y es fusilado en las tapias del cementerio municipal de Carabanchel Bajo, donde fue enterrado. La más llamativa fue la declaración suscrita por unanimidad por la Asamblea Nacional Constituyente, donde se afirma que los guerrilleros fueron fusilados por el odio a la libertad que habían defendido en Francia, y se invita al Gobierno a romper con el régimen de Franco: “La Asamblea traduce la protesta de la conciencia francesa ante esta nueva aplicación de métodos de represión condenados por el mundo civilizado

  1. Vicente García Riestra

(La Pola Siero. Asturias 1925 – Trèlissac, Dordoña, Francia 2019) Último superviviente de origen español del campo de concentración nazi de Buchenwald, Alemania.

Un ejemplo de coherencia ética y ciudadanía

Vicente García Riestra, «nuestro abuelo del pijama a rayas», como se refirieron a él los periódicos, trascendió su condición de víctima de familia represaliada, de exiliado, de deportado a los campos de concentración nazis, para asumir el papel de transmisor de la memoria en el sentido que el filósofo alemán de origen judío Theodor Adorno llamó «nuevo imperativo categórico», según el cual, los supervivientes de la muerte en los suplicios hitlerianos, sólo tenían un deber: «pensar y actuar de modo que Auschwitz no se repita, que no ocurra nada parecido (…) actuar para que lo atroz no se reproduzca ni caiga en el olvido, asegurar la unión con quienes han muerto en tormentos indecibles». Y para que así fuera, Vicente optó en cada una de las circunstancias extremas en las que le puso la vida, por la respuesta superior y virtuosa formada en el compromiso, la conciencia y el perdón.

A Vicente García Riestra le quitaron todo. La guerra le arrancó la infancia y la posibilidad de estudiar. Le arrebataron a buena parte de su familia: padre fusilado, hermano asesinado y otros dos hermanos penados y desterrados. Le quitaron la casa y todos sus recuerdos y con 13 años le convirtieron en un niño refugiado en Torrent Bo, Barcelona, a la que llegó, huyendo en un barco inglés desde el puerto de Gijón en 1937.

Esos momentos forjan el carácter de una persona: en diciembre del 2018 se recuperó en Nueva York, en los archivos de  la asociación «Friends of the Spanish Democracy» que apadrinaba refugiados de la guerra, una carta manuscrita que Vicente había escrito en 1938. En ella daba las gracias por lo que le habían hecho llegar sus padrinos y por todo lo que tenía: comida, ropa y buen trato. En esas palabras ya enseñaba los rasgos fundamentales que lo definirán para siempre: ausencia de ira o deseo de venganza, humildad y agradecimiento y también toda la esperanza que cabe en un niño de su edad que ambiciona estudiar y llegar a ser «chofer».

En 1939, con la entrada de las tropas franquistas en Barcelona, solo, se une a la desbandada que quiere llegar a Francia. En plena travesía de Los Pirineos es herido en una pierna por la Legión Cóndor que ametralla las columnas de refugiados. Evacuado al Hospital de Le Mans, consigue contactar con el resto de su familia que había llegado a la Dordoña. Y Vicente, aún niño, vuelve a responder dispuesto, ayudando al sustento familiar en cualquier labor agrícola allí donde le llaman. Pero la conciencia y su espíritu inquieto y vital le pide más.

Tras descubrir el destino aciago de su familia en Asturias, su reacción ante la ocupación alemana es unirse a la Resistencia: enfrentarse al mal que supone el nazismo. Se incorpora como enlace al grupo de maquis de su región, hasta que el 21 de diciembre de 1943 es detenido junto con todos sus camaradas. Entonces pasa a manos de la Gestapo y es sometido a torturas que le dejan secuelas permanentes. En el interrogatorio se acoge a la memoria del padre para no rendirse. Como resultado de la detención es enviado a morir como mano de obra esclava al campo de concentración de Buchenwald dentro de la operación «Espuma de mar», diseñada para acabar con la resistencia en la Francia ocupada. En el campo le vuelven a quitar todo: su pelo, sus escasas pertenencias, cualquier recuerdo y lo peor de todo: su nombre, su identidad: pretenden negarle la simple condición humana.

Le asignan como él decía «su número de matrícula», el 42.553, y un uniforme a rayas con un triángulo rojo con la «s» de Spaniar, pero Vicente otra vez de la mano de la conciencia de enfrentarse al mal totalitario pasa a colaborar con la resistencia interna del campo y llega a ceder su comida una vez a la semana para ayudar a otros más necesitados. En los momentos finales del cautiverio participa en la autoliberación del campo el 11 de abril de 1945. Con 28 kilos y tras quince meses de cautiverio, recibe de pie, a los americanos a las puertas. Por fin, el 25 de mayo regresa a Francia, a Caduin en la Dordoña, donde residirá como apátrida y refugiado desde que España, a través del decreto de Serrano Suñer de 1940 le quitara la nacionalidad, y retoma su lugar en la vida civil en el ámbito de la construcción hasta su jubilación. Sin embargo, la experiencia en el infierno en los campos permanece en él.

Durante 60 años calla su testimonio por miedo a la incomprensión, por proteger de nuevo a su familia de la memoria de ese punto final que supuso el apocalipsis de la deportación y el exterminio. Hasta sus últimos días, confesó, seguía despertando con la pesadilla de seguir en Buchenwald. Vicente rompió su silencio con la irrupción del «negacionismo» y la sombra del pensamiento totalitario en Europa que le hicieron conjurar sus miedos y consagrarse al deber superior de explicar a los más jóvenes qué fue la barbarie nazi.  Y lo hace como superviviente y testigo dando su voz a aquellos «que ya no están y que nunca pudieron hablar».

Desde el año 2007 da charlas a escolares: «Todo lo que hago es para ellos, para que sepan, para que nunca más se repita.», repetía. Y esta es la virtud esencial de Vicente García Riestra: asumir con abnegación y sentido crítico la labor de ser el último hilo de luz que nos une a la memoria y padecimientos de tantísimos hombres y mujeres buenos de los que nunca sabremos nada, silenciados por su defensa de la libertad y de sus ideas.

En el comportamiento ejemplar de Vicente García Riestra reconocernos los mejores valores que deseamos para nuestra sociedad. La República Francesa así lo hizo, ofreciéndole la nacionalidad tras treinta y seis años de ser apátrida y honrándole con las más altas condecoraciones del estado incluida la Legión de Honor en 2018.

García Riestra nunca cesó en reclamar la injusticia permanente que supuso para tantos como él, el ser privados de la nacionalidad española que no hacía más que subrayar el abandono institucional que todos los exiliados españoles padecieron. Siempre recordaba con tristeza contenida cómo en la liberación de los campos: «las delegaciones de países iban llegando, atendiendo y llevándose a sus nacionales, menos a nosotros.

Nunca vino nadie por nosotros.» Quedará en la memoria de los asistimos a sus funerales de estado, el respeto inmenso, el cariño de sus vecinos, amigos y camaradas y el honor rendido por una multitud de banderas de la república que lo reconoce como héroe.

Hemos perdido a Vicente García Riestra, pero nos deja, para las generaciones futuras, el referente de su comportamiento y testimonio al que nos debemos.  El poeta francés Paul Éluard escribió – «si el eco de sus voces se debilita, pereceremos». Nos corresponde ahora a nosotros hacer que su voz clara prevalezca.

ADHESIONES

Acción en Red

Agrupación Pozo Grajero

Ahaztuak1936-1977

AGE

Andecha Astur

Asociación 13 rosas de Asturias

Asociación Cristino García

Asociación de familiares y amigos de la Fosa Común de Tiraña

Asociación de familiares y amigos «Fosa Parasimón»

Asociación Foro Pozu Fortuna

Asociación Lázaro Cárdenas

Asturias Laica

Ateneo Republicano de Asturias

Asturias Socialista

Ay Carmela-Burdeos

Caminar (Francia):

AMCERE 11 – AUDE
APFEEF – CHARENTE
ASEREF – HERAULT
Ateneo Republicano du Limousin – HAUTE VIENNE

Ay Carmela – GIRONDE
CMRE – ALLIER
IRIS-Mémoires d’Espagne – HAUTE GARONNE
Memoria Andando – AVEYRON
MRA-ST – ARIEGE
MER 64 – PYRENEES ATLANTIQUES
MER 47 – LOT ET GARONNE
MERR 32 – GERS
MHRE 89 – YONNE
¡No Pasaran! – HERAULT
Présence de Manuel Azaña – TARN ET GARONNE
Retirada 37 – INDRE ET LOIRE
Terre de Fraternité – ARIEGE
Terres de Mémoire(s) et de Luttes – PYRENEES ATLANTIQUES

Estaya la Memoria l’Altu Nalón

Federación Estatal de Foros por la Memoria

Fundacion Juan Muñiz Zapico de CCOO Asturies

GOGOAN (Sestao)

Izquierda Asturiana (IAS)

Izquierda Unida de Asturias

La Comuna d’Asturies-CeAQUA

Nalón antifascista

Partido Comunista de Asturias (PCA)

Plataforma encontrá de los recortes de Avilés

Podemos Asturias

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El oso regicida vuelve a las calles de Llueves

22/05/2019 por

Marcha del oso por las calles de Llueves. /  E. C.
Marcha del oso por las calles de Llueves. / E. C.

La localidad canguesa de Llueves celebró ayer la decimosexta edición de la fiesta del oso regicida. La cita anual sirve para recordar en un tono irónico la muerte del rey Favila a manos de un plantígrado. En el acto, promovido por el Ateneo Republicano de Asturias, no faltó el propio oso, representado por un peluche que recorrió las calles del pueblo a hombros de los participantes.

https://www.elcomercio.es/asturias/oriente/regicida-vuelve-calles-20190519011612-ntvo.html

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Adíos a uno de los nuestros: Vicente García Riestra, el último superviviente español de Buchenwald.

09/05/2019 por

Hoy a las 8:30 ha fallecido en Perigueux, Francia, Vicente Garcia Riestra. Uno de los nuestros.

Que la tierra te sea leve compañero.

El asturiano Vicente García Riestra, era el último superviviente español de Buchenwald.

Nació en Pola de Siero  el 20 de enero de 1925, aunque muy pronto su familia se trasladó a El Berrón y después a Noreña, por motivos laborales de su padre. Es el séptimo de los diez hijos que tuvieron Gregorio García Lavilla y Áurea Riestra Morilla. Dos hijos murieron de enfermedad cuando eran niños. La familia García-Riestra había llegado a Noreña en 1930 al empezar a trabajar el padre de Vicente como obrero en una empresa de carreteras. La madre, además de criar a sus diez hijos, trabajaba en casa como pespuntadora de calzado. El padre –conocido como Gorín– nunca militó en ningún partido político, si bien pertenecía a la UGT. La madre, Áurea, militaba en el PSOE.

Cuando estalló la guerra en el 36, Vicente tenía 11 años. El padre fue nombrado por el Comité antifascista de Noreña responsable de abastos. “Mi padre nunca hizo ninguna diferencia entre gente de derecha o gente de izquierda, a la hora de distribuir los alimentos. Se preocupó de dar de comer a todos”, relata Vicente. Tras la caída de Santander en manos franquistas el 26 de agosto de 1937, la situación de Asturias, aislada, se hizo insostenible. La familia decidió que la madre, Vicente y sus cuatro hermanos pequeños –Josefina, María Luisa, Conchita y Jesús– abandonaran Asturias. Lo hicieron en el carguero inglés London que partió del puerto de Gijón el 27 de septiembre de 1937, y que los condujo a Burdeos. Desde allí, regresaron a la España republicana por la frontera franco-catalana y recalaron en la provincia de Barcelona.

Vicente permaneció dos años internado en un colegio de Sant Boi de Llobregat. Poco antes de que las tropas franquistas tomaran la capital condal, con todos los caminos y carreteras que conducían a Francia atestados de gentes y soldados que huían despavoridos, con nieve y temperaturas gélidas, y con la aviación franquista bombardeándoles, Vicente cruzó la frontera, sin la compañía de su madre y hermanos –arropado solamente con la manta que todavía conserva–, el 26 de enero de 1939, resultando herido por la metralla. Curado en un hospital de Le Mans, una enfermera que se apiadó de él consiguió, a través de los organismos humanitarios, ponerle en contacto con su madre, quien creía que Vicente se había quedado en España. Sopesaron regresar a España. Pero lograron comunicarse con una amiga de la familia que les hizo saber “que en España todo es muerte”. Con el tiempo se enteraron que el padre y José, uno de los tres hijos que se habían quedado en España, habían sido fusilados, y que los otros dos, Rosa y Luis, estaban encarcelados. Debían permanecer en Francia. Con 14 años, Vicente empezó a trabajar en tareas agrícolas para sostener a su madre y hermanos. Pero la preocupación por los dos hermanos que seguían vivos en España les atormentaba.

El padre se sintió en la obligación de quedarse hasta el final por su responsabilidad en el abastecimiento. A principios de octubre de 1937 fue arrestado en Sama de Langreo y condenado en un Consejo de Guerra, por el delito de rebelión militar, a la pena de muerte. Fue fusilado en Oviedo, el 4 de marzo de 1938, y sus restos yacen en una fosa común. La hija mayor, Rosario, que era costurera, fue detenida, junto a su padre, en Sama, juzgada en Consejo de Guerra y condenada a 30 años de cárcel por rebelión militar. Condena que cumplió en las cárceles de mujeres de Saturrarán (Euskadi) y Palma de Mallorca, donde residió hasta su muerte en 2005. Luis, el que hacía el número dos en la lista de hermanos, se hizo barbero, estableciendo su barbería en la casa familiar. Curiosamente, fue el 16 de febrero de 1936, el día de las elecciones generales que dieron la victoria al Frente Popular, cuando inauguró su establecimiento. Tras estallar la guerra, Luis –que había nacido en 1918– dejó la barbería y se incorporó al frente. De pensamiento de izquierdas, no perteneció nunca a ningún partido político. Fue detenido en noviembre de 1937 y trasladado a la cárcel de Pola de Siero. Un Consejo de Guerra celebrado en Oviedo lo condenó a pena de cárcel en Vitoria y destierro en Barcelona, donde residió hasta su muerte.

José era el tercero de los hijos de Gregorio y Áurea. Tenía cinco años más que Vicente –había nacido el 12 de diciembre de 1920– y compartió con éste varios años en la escuela de Noreña. Recuerda Vicente con especial ternura sus desplazamientos hasta El Berrón, perteneciente a la parroquia de La Carrera, en el concejo asturiano de Siero, a 3 kilómetros de Pola de Siero y a 13 de Oviedo, que debía todo su crecimiento industrial a su privilegiada situación –de Santander a Oviedo y de Langreo a Gijón– y nudo ferroviario –allí confluían los antiguos Ferrocarriles Económicos de Asturias y el Ferrocarril de Langreo–. Este último, de vía estrecha y uno de los más antiguos de España, transportaba el carbón de las minas de Langreo y Siero hasta el puerto de Gijón. En las maniobras del cambio de vías, una pequeña cantidad de carbón se caía al suelo. Y allí estaba José para recogerlo: una parte se la llevaba a su madre para cocinar y la otra la vendía, entregándole también a ella el importe de la venta. José se conformaba con la perragorda que le daba su madre. Espabilado, tocaba la trompeta en la Banda Municipal y se interesó muy pronto por la política, con reuniones sindicales y de las Juventudes Comunistas. José y Vicente compartieron cama hasta que el primero se fue al frente. José frecuentaba uno de los dos Ateneos de Noreña.

La familia no supo de la actividad política de José hasta que se unió a un grupo de jóvenes y se incorporó al frente. La primera de sus acciones fue dirigirse a la Fábrica Nacional de Armas de Trubia para proveerse de armamento. Cuando se publicó el Decreto de militarización de las Milicias populares, en octubre de 1936, José debía abandonar el frente al no tener la edad reglamentaria. Pero su padre tuvo que firmar una autorización oficial dando su conformidad. Entró al Batallón de Infantería nº 215 “Henry Barbusse”, al mando del comandante Faustino Alonso Huerta. Todavía un adolescente –no cumpliría 17 años hasta diciembre de 1936–, fue destinado a la sección de ametralladoras en el cerco de Oviedo y fue ascendido a sargento. Vicente cree que su unidad se integró, en agosto de 1937, en la 60 División del XVII Cuerpo de Ejército, siendo destinada a la zona de Infiesto y Villaviciosa, donde se derrumbó el frente en octubre del 37. Muy unido a su familia, no pudo despedirse de su madre y sus cinco hermanos pequeños aquel 27 de septiembre de 1937 en que salieron huyendo de Asturias. En octubre de ese mismo año 1937 caía bajo las balas de un piquete de ejecución franquista en las afueras de Noreña. Tras años de esperanza de que su hermano se hubiera salvado y estuviera escondido, Vicente supo la triste realidad. En julio de 2015 Vicente regresó a Noreña para tributarle el homenaje que venía ansiando desde hacía 75 años.

En la resistencia francesa

En el pueblecito francés donde recalaron Vicente, su madre y hermanos, en el departamento de Dordoña, Vicente ingresó en la Resistencia sin apenas él saberlo. El señor Lucien, el maestro, le encargaba pequeños “recados” como comunicar diversos mensajes e informaciones… Un día, Vicente se atrevió a preguntarle qué significaban esos recaditos. Vicente se enteró de que estaba colaborando con la Resistencia. A partir de entonces, y ya con pleno conocimiento, incrementó su actividad. Su cometido principal era la información del movimiento de tropas alemanas. Se entregó con ahínco a la tarea hasta el 22 de diciembre de 1943, en que, probablemente a causa de una delación, Vicente y una treintena de compañeros fueron detenidos por la Gestapo en sus propios domicilios, a la hora del almuerzo.

Trasladado a las cárceles de Bergerac y Limoges, fue objeto de interrogatorios acompañados de torturas. No le quedó ni un diente del maxilar superior de las palizas. Más tarde, lo tumbaron desnudo encima de una mesa, atado de pies y manos, y le golpearon brutalmente. Cuando lo metieron en una celda, los prisioneros intentaron aliviarle el dolor y los hematomas con agua. Lo que le dejó perplejo fue el interrogatorio a que fue sometido, con preguntas concretas como, por ejemplo, el motivo por el que habían fusilado a su padre en España. Vicente lo negaba todo, pero se dio cuenta de que sus torturadores tenían cumplida información de todo lo que le había acontecido a su familia en España, que sólo podía venir de las autoridades españolas, lo que demostraba la complicidad del régimen franquista con el terror nazi. Lo mismo le ocurrió a Mariano Constante antes de ser enviado a Mauthausen. En la visita que hizo a Berlín, el 17 de septiembre de 1940, el ministro de Asuntos Exteriores y Presidente de la Junta Política, Ramón Serrano Suñer, se selló el destino a los campos nazis de los republicanos españoles hechos prisioneros por el ejército alemán en Francia.

El mismo día que cumplía 19 años, Vicente fue conducido al cuartel de Royallieu, en Compiègne, a 65 kilómetros de París, erigido por los nazis en campo de concentración y de tránsito de los detenidos en Francia hacia los campos nazis. Fue obligado a subir a un vagón de un tren de mercancías en el que se hacinaban unos cien prisioneros. El 24 de enero de 1944, tras cuatro interminables días de viaje, llegamos al campo nazi de Buchenwald”.

Internamiento en Buchenwald

Buchenwald se construyó en 1937 en un área arbolada sobre la ladera norte de Etterberg, alrededor de cinco millas al noroeste de Weimar, la cuna de Goethe, el lugar de nacimiento de la democracia constitucional alemana en 1919. No era un campo de exterminio industrializado, como los de Polonia. Sin embargo, muchos de los prisioneros fallecieron asesinados o extenuados por el duro trabajo y las inhumanas condiciones de vida. Algunos detenidos, como los prisioneros de guerra soviéticos, fueron, no obstante, ejecutados masivamente por fusilamiento. En total, se estima que estuvieron presas unas 250.000 personas procedentes de todos los países de Europa. El número de víctimas se cifra en unos 56.000, entre ellos 11.000 judíos.

Nada más llegar a Buchenwald, Vicente hubo de sufrir el tradicional protocolo de “bienvenida”: “Me raparon el pelo, me desinfectaron, me dieron un traje a rayas y me quitaron hasta mi nombre, pues me asignaron un simple número, el 42.553. Tuve la suerte de ser seleccionado para la cocina…”. En los quince meses que pasó en el campo, tuvo que aprender a convivir con la muerte: “recuerdo que al comienzo, cuando estábamos de pie formados en la Appelplazt y veíamos pasar por delante de nosotros el carro con los muertos habidos en el día, nos quitábamos la gorra en señal de respeto por esas personas que en nada se convertirían en humo en los hornos crematorios… A los pocos días la muerte era tan omnipresente que ya hasta la veías como algo normal, y te decías: ´mala suerte, el próximo seguramente seré yo`. En el fondo, nunca te acostumbras a tanto horror”.

Las causas de tantas muertes están muy claras para Vicente: “la gente caía como moscas porque no teníamos nada que comer y además no había cuidados médicos”. En Buchenwald se organizó un grupo clandestino de Resistencia, en el que muy pronto se integró Vicente. El 11 de abril de 1945 Vicente fue uno de los deportados liberados por las tropas estadounidenses. No pudo regresar a España pues el franquismo, que los había empujado primero al exilio en Francia y después a dichos campos, campaba por sus fueros. Fijó su residencia en Francia, en Périgueux, en la Dordoña, donde se casó (dos veces) y sigue viviendo con sus dos hijos y sus dos nietos.

Los españoles detenidos en Francia por los alemanes fueron confinados mayoritariamente en Mauthausen, más de 7.500. Por Buchenwald pasaron pocos presos españoles, no llegaron a los 200. Entre ellos, algunos aragoneses, como Feliciano Escalona, de Tella-Sin, en la comarca del Sobrarbe. Fue el único militar de carrera republicano en Buchenwald. Pasaron grandes personalidades del mundo de la política, de las artes, de las letras… Léon Blum, socialista francés de origen judío que fue jefe de gobierno del Frente Popular francés. O el ministro francés Georges Mandel. O grandes escritores, como Jean Améry, Robert Antelme (esposo de Margarite Duras), Imre Kertész (premio Nobel de Literatura), Elie Wiesel (premio Nobel de la Paz), Maurice Halbwachs,.Hasta una princesa, Mafalda de Saboya, hija del rey italiano Victor Manuel III de Saboya, que pereció el 27 de agosto de 1944.

Vicente García Riestra era, en estos momentos, el último superviviente español de Buchenwald.

Vicente García Riestra, el último superviviente español de Buchenwald.

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