Ellos, los franquistas, eran los dueños del casino. Hay que dejar el juego.
“Los demás” somos botín de guerra
Suso de Toro
La falta de vergüenza de esta derecha española a algunos nos resulta obscena, pero no a ellos evidentemente. Muchos sentimos vergüenza ajena pero ellos ninguna. ¿Cómo pueden tener la cara tan dura de meter de presidente nada menos que del Tribunal Constitucional a un militante conspicuo del PP? ¿Un individuo que publicó además sus opiniones xenófobas de los catalanes? ¿Y cómo puede tener él la cara tan dura de callarse su militancia y aceptar ese cargo que debiera ser garantía de juego limpio y arbitrio aceptado por las partes? Ese nombramiento anula definitivamente la confianza que podamos tener en el sistema político constitucional y refleja el daño que le han hecho a la justicia conscientemente, pero sobre todo es la guinda de la corrupción del sistema político y de la desvergüenza de la derecha española.
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