Historiadores piden una reparación para las víctimas del franquismo

RL Na memoria de las víctimas de la represión franquista exige una reparación que aún sigue pendiente en España. Así lo consideran cuatro historiadores consultados por LA VOZ. Todos ellos defienden que ese necesario reconocimiento pasa en primer lugar por las exhumación de los cadáveres que aún permanecen en muchas fosas comunes.

«Hay una causa pendiente. Es necesario acabar con las fosas», manifestó Enrique Moradiellos, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura. Este historiador considera además que tanto las autoridades como los jueces deben dar una respuesta. «Enterrar a los muertos es un deber», añadió.

«Lo que no es normal es no saber dónde están los muertos», afirmó Moradiellos, quien reivindicó que los jueces «tienen que personarse cuando tengan la más mínima sospecha de que hay un cadáver». Frente a los honores que el franquismo tributó a sus muertos, incluidas además reparaciones y compensaciones, Enrique Moradiellos aseguró que si bien resulta «imposible» algo similar con las víctimas del franquismo, «sí se les pueden restituir su nombre y dignificar sus tumbas».

El catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, David Ruiz, insistió en la necesidad de investigar y excavar las fosas. «Hasta que no sepa dónde están sus padres, tíos o abuelos, una familia no puede sentirse plenamente satisfecha de la democracia en la que se vive ahora», afirmó.

Rubén Vega, profesor de Historia Contemporánea, destaca el diferente trato que tuvieron los muertos de uno y otro bando. «Los caídos del franquismo tuvieron honores y reparación de forma inmediata. Sacaron a los muertos de las fosas. Los otros están en las cunetas», afirmó Vega quien como ejemplo advirtió que todavía esta misma semana se inauguró en Gijon un monumento que recoge los nombres de las víctimas del franquismo enterradas enterrados en la fosa del Sucu. «Como sociedad democrática no se puede meter la cabeza debajo del ala y tapar, tapar y tapar», aseguró a su vez Octavio Montserrat, Decano de la Facultad de Historia de Oviedo.

» Cómo puede una sociedad ocultar el pasado? No tiene sentido», insistió Montserrat, quien tiene claro que las dictaduras son algo que «se cierran malamente».

En este sentido el decano de la Facultad de Historia de la Universidad de Oviedo considera que la sociedad española aún permanece «muy dominada por lo que fue el franquismo». Y como muestra se refirió de forma expresa a los muertos de la dictadura. «Todavía se tiene miedo por abrir una fosa y recuperar a un ser querido. Eso son restos de una época que generó miedo en la gente. Es una losa tremenda y ya hace 35 años que murió Franco», afirmó Montserrat.

Para contrarrestar esa inercia posfranquista, este historiador defendió una educación democrática «profunda. Y eso incluye, añadió Montserrat, revisar el pasado. No se puede defender una dictadura desde la Democracia».

En plena polémica creada tras la decisión del Tribunal Supremo de admitir la denuncia contra el juez Baltasar Garzón presentada por Falange y Manos Limpias, Octavio Montserrat tachó de «auténtica aberración democrática que se le enjuicie por querer investigar los crímenes del franquismo».

En su opinión «lo que está en juego es algo más que una posible actitud jurídica incorrecta», subrayó Montserrat quien valoró «muy negativamente» el posible enjuiciamiento de Garzón. «La Justicia no puede ser ciega hasta esos extremos», añadió.

Para el Catedrático Emérito David Ruiz toda esta polémica judicial ha sido fruto de un «largo mal entendido» que empezó con la ley de amnistía de 1997.

«Garzón está donde está por la politización de la justicia», aseguró David Ruiz, quien calificó de «muy plausible» la querella presentada ante los tribunales argentinos para que se investiguen los crímenes del franquismo.

«En sentido estricto no se trata de un genocidio», explicó Rubén Vega. No obstante este profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo añadió que la represión franquista «fue sistemática y selectiva. Por su escala, sí creo que hablamos de crímenes contra la humanidad», añadió Vega.

«Fue una represión durísima e inclemente, superior a la del bando republicano, pero no un genocidio», explicó el profesor Enrique Moradiellos, quien evitó entrar en debates jurídicos. «Por ahí Garzón no tiene razón», añadió el profesor asturiano afincado de la Universidad de Extremadura.

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