La victoria de un perdedor
La victoria de un perdedor
La Asociación de Fotoperiodistas restituye a Constantino Suárez, a título póstumo, el carné que le retiró el régimen franquista
J. M. CEINOS
En los altos de El Coto de San Nicolás, ayer, al mediodía, la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Asturianos restituyó -a título póstumo- al fotógrafo Constantino Suárez (Gijón, 1899-1983), el carné profesional que le fuera retirado tras la derrota republicana en la Guerra Civil, en el transcurso del acto durante el cual se descubrió la placa que da el nombre del fotógrafo a un parque situado entre las calles de Quevedo, de María Cristina y del Conde de Toreno.
«Con este carné honorífico los profesionales de la fotografía queremos compensar el olvido al que Constantino Suárez fue sometido durante décadas», explicó públicamente Marcos León Jiménez, presidente de la Asociación de Fotoperiodistas Asturianos y redactor de LA NUEVA ESPAÑA.
Constantino Suárez será, tras el brasileño Sebastião Salgado, el segundo socio de honor de los fotoperiodistas de Asturias. Marcos León entregó el carné a tres familiares de Constantino Suárez: Francisco Suárez Toral, su hijo Francisco Suárez Meana y María González Suárez.
Asimismo, en el parque que desde ayer lleva el nombre de Constantino Suárez, se expone una selección de las instantáneas del fotógrafo gijonés, seleccionadas de entre los casi diez mil negativos de su archivo, que desde hace años se custodian en el Museo del Pueblo de Asturias como un tesoro de la historia de Gijón de los años veinte y treinta del siglo pasado y de la Guerra Civil.
«Constantino Suárez nos ha legado uno de los mejores archivos fotográficos del Gijón de nuestros padres y abuelos», subrayó Marcos León, «y nos hace entender mejor lo que ha sido una ciudad en plena ebullición industrial. Lo hizo asomándose a los entornos cotidianos más dispares», y cuando tocó, «Suárez no tuvo que salir de su Gijón natal para convertirse en reportero de guerra, ofreciéndonos una lección magistral de lo que significa el lenguaje universal de la fotografía».
«Es nuestro Korda asturiano, nuestro Boix», afirmó, por su parte, Jesús Montes Estrada, concejal y portavoz en funciones de Izquierda Unida del Ayuntamiento de Gijón -que ayer protagonizó su último acto institucional-, para quien Constantino Suárez «encarnó los principios de la Segunda República: la libertad, la paz y la justicia social».
A los familiares de Suárez entregó Montes Estrada un pergamino con el acuerdo de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón, con fecha del pasado 1 de febrero por el que se le dio al citado parque de El Coto el nombre de Fotógrafo Constantino Suárez «en reconocimiento a su compromiso con la causa republicana, por lo que fue represaliado» y encarcelado en la cárcel de El Coto, de la que salió en 1957.
Luego, se descubrió la placa que perpetuará el nombre de Constantino Suárez en el parque, y el hijo de un primo carnal del fotógrafo, Francisco Suárez Toral, agradeció, en nombre de la familia, el homenaje. En representación del Ayuntamiento de Gijón, además de Jesús Montes Estrada, acudió al acto el socialista Justo Vilabrille Linares, concejal en funciones de Educación y Cultura.
El archivo fotográfico de Constantino Suárez fue adquirido por el Ayuntamiento de Gijón en 1993, diez años después de la muerte del fotógrafo, que tuvo lugar el 25 de febrero de 1983. Suárez vivía en un piso de la calle del Instituto.
El archivo estaba en posesión de un anticuario, Simón Albuerne, entonces con establecimiento situado en la calle de Garcilaso de la Vega, y sería el actual director del Museo del Pueblo de Asturias, Juaco López, quien porfiara para que el municipio se hiciera con los casi diez mil negativos. El Ayuntamiento pagó tres millones de pesetas de la época.
Aquel mismo año, la Fundación Alvargonzález, que la familia gijonesa del mismo apellido había constituido en 1992, eligió 170 fotografías de Constantino Suárez para editar un libro con el que se presentó en sociedad. La obra, que lleva por título «Gijón 1920-1935 en las fotografías de Suárez», está agotada.
El 18 de noviembre de 1993, en la presentación del libro, que tuvo lugar en el Ateneo Jovellanos, el profesor Francisco Crabiffosse, que había participado en la compra del archivo de Constantino Suárez, definió al fotógrafo como «uno de los últimos representantes de los obreros artistas» y destacó de la figura del fotógrafo sus últimos y difíciles años de vida, que, por otra parte, no impidieron «que conservara íntegro su archivo. Por eso, hoy es su triunfo».
http://www.lne.es/gijon/2011/06/10/victoria-perdedor/1087184.html
